Crisis hipertensiva: diagnóstico y tratamiento

29 Sep 2021
Tiempo de lectura
7 minutos
Una crisis hipertensiva es un episodio de salud caracterizado por una tensión arterial muy elevada que puede desencadenar graves problemas en órganos clave.
  1. ¿Qué es una crisis hipertensiva?

  2. Tipos de crisis hipertensivas

  3. Causas y síntomas de las crisis hipertensivas

  4. ¿Cómo se diagnostican las crisis hipertensivas?

  5. ¿Cuál es el tratamiento de las crisis hipertensivas?

La tensión arterial es una afección médica muy común que sufren muchas personas en todo el mundo. Sin embargo, puede ocurrir que esta enfermedad sea asintomática durante mucho tiempo, lo que puede derivar en una falta de conciencia sobre su gravedad. Son varios los factores que pueden alterarla y, en algunos casos, desencadenar las crisis hipertensivas

¿Qué es una crisis hipertensiva?

Las crisis hipertensivas son episodios de urgencia médica que se caracterizan por la tensión arterial extremadamente elevada. Este aumento agudo y repentino de la presión arterial puede causar daños en órganos denominados diana, incluyendo el cerebro, el corazón, los riñones u otros sistemas importantes del cuerpo.

¿Qué es la hipertensión arterial?

La hipertensión arterial, o más conocida popularmente como presión arterial alta, es una condición crónica de la fuerza elevada de la sangre contra las paredes de las arterias. Se trata de la enfermedad crónica más frecuente en los países occidentales.

Además, hay que tener en cuenta que la hipertensión no suele cursar con síntomas. Sin embargo, a largo plazo, puede dañar órganos vitales aumentando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como accidentes cerebrovasculares, ataques al corazón y/o enfermedad renal. Debido a esto, su tratamiento y control es indispensable.

Diferencias entre hipertensión arterial y las crisis hipertensiva

La hipertensión arterial es una enfermedad que se produce cuando, de forma crónica, la presión de la sangre está por encima de los valores establecidos como óptimos o normales. En cambio, las crisis hipertensivas son una manifestación muy infrecuente que se producen en pacientes hipertensos. En torno al 1% de los pacientes con hipertensión arterial desarrollará en algún momento las crisis hipertensivas.

Así mismo, hay que distinguir las crisis hipertensivas de las falsas urgencias hipertensivas. En estos casos, hablamos de una elevación de la presión arterial reactiva por cualquier causa pero que, al mismo tiempo, no compromete órganos vitales. En estas situaciones, no hablamos de crisis hipertensiva.

Según diferentes sociedades médicas, se establecen como cifras de criterio para definir las crisis hipertensivas unas cifras de presión arterial sistólica (PAs) igual o superior a 180 mmHg y de presión arterial diastólica (PAd) igual o superior a 120 mmHg. Por otro lado, además de la determinación de estas cifras, es necesario que exista riesgo de lesiones orgánicas graves para que se pueda hablar de una crisis hipertensiva.

Tipos de crisis hipertensivas

Ahora que ya conocemos qué son las crisis hipertensivas y cuál es su principal diferencia con la hipertensión arterial, es importante saber que existen diferentes tipos de esta afección. Concretamente, se puede distinguir entre:

Emergencia hipertensiva

Se trata de una situación muy crítica en la que la presión arterial alcanza niveles extremadamente altos, lo que provoca daño agudo en los órganos. Por tanto, requiere tratamiento hospitalario. Los órganos más afectados suelen ser los riñones, el corazón y el cerebro. Las emergencias hipertensivas precisan de tratamiento urgente para el descenso progresivo de las cifras de presión arterial mediante fármacos endovenosos. Sus principales síntomas son dolor de cabeza severo, confusión, dificultad para respirar y dolor en el pecho.

Urgencia hipertensiva

Principalmente, se diferencia de la emergencia hipertensiva en que no implica daño agudo para los órganos del paciente y se pueden tratar de forma ambulatoria para evitar que derive en una emergencia hipertensiva. Los síntomas suelen ser inespecíficos y pueden incluir dolor de cabeza intenso y otros signos.

Las diferencias entre urgencias y emergencias hipertensivas radican en la existencia o no de riesgo vital debido a la afectación de órganos diana más que por las cifras de presión arterial en sí mismas.

Causas y síntomas de las crisis hipertensivas

Las crisis hipertensivas suelen ser desencadenadas por causas muy diversas. En este sentido, algunas de los principales factores son los siguientes:

  • El consumo de determinados fármacos.

  • Suspensión de la medicación para la hipertensión.

  • Elevado consumo de sal.

  • Elevado nivel de estrés.

  • Consumo de alcohol u otras drogas.

  • Enfermedades neurológicas (hemorragia craneal).

  • Traumatismos.

  • Enfermedades vasculares (aneurisma de aorta).

  • Enfermedades cardíacas (síndrome coronario).

  • Embarazo (eclampsia).

  • Tumores (feocromocitoma), etc.

Síntomas de una crisis hipertensiva

Después de conocer las causas que pueden desencadenar las crisis hipertensivas, vamos a descubrir qué síntomas suelen presentar para poder actuar a tiempo. Entre los más comunes, podemos observar:

  • Mareos.

  • Dolor de cabeza severo.

  • Malestar.

  • Dificultad para respirar o sensación de ahogo.

  • Náuseas y vómitos.

  • Dolor torácico.

  • Confusión o síntomas visuales.

De hecho, se recomienda acudir a un centro médico para poder realizar una valoración ante la aparición de cualquier nuevo síntoma en un paciente hipertenso.

Infografía - Crisis hipertensiva
Infografía - Crisis hipertensiva

¿Cómo se diagnostican las crisis hipertensivas?

El diagnóstico tiene como objetivo establecer si existe una verdadera crisis hipertensiva y de qué tipo se trata (urgencia o emergencia) para actuar en consecuencia.

Por tanto, algunos elementos importantes que se deben tener en cuenta para determinar si se trata o no de crisis hipertensivas son los siguientes:

  • Comprobar las cifras de presión arterial. Medirlas en forma repetida y en condiciones idóneas. Los valores específicos se sitúan en una presión arterial sistólica superior a 180 mm Hg o presión arterial diastólica superior a 120 mm Hg.

  • Interrogatorio médico para conocer los síntomas.

  • Identificar las posibles causas desencadenantes.

  • Examen físico detallado para establecer si existe afectación de los órganos diana. Por ejemplo, taquicardia o ahogo (corazón), alteración del nivel de conciencia (cerebro), hemorragias (ojo), retención de líquido o disminución de la orina (riñones), etc.

  • En general, no es necesaria ninguna prueba diagnóstica específica. En función del diagnóstico (emergencia o urgencia hipertensiva) se decidirá la derivación al centro hospitalario (en primer caso) o se realizará tratamiento ambulatorio (en segundo caso).

  • Pueden requerirse exploraciones como un electrocardiograma, una gasometría o una radiografía de tórax ante la aparición de síntomas específicos.

¿Cuál es el tratamiento de las crisis hipertensivas?

En un primer lugar, el tratamiento de las crisis hipertensivas va encaminado a la reducción rápida de la presión arterial con el objetivo de prevenir el daño en los órganos. Por lo general, esta afección médica requiere de un tratamiento que se divide en medidas generales y el tratamiento específico.

Medidas generales

  • Reposo en un lugar tranquilo.

  • Valorar la sedación con algún fármaco.

  • En caso de emergencia hipertensiva, poner una vía endovenosa.

  • En caso de emergencia hipertensiva, traslado al servicio de urgencias por la posible gravedad o compromiso vital del paciente.

Tratamiento específico

  • Se basa en la administración de fármacos hipotensores que, según el caso (emergencia o urgencia), se deben individualizar. Además, la selección dependerá del criterio médico y de otros factores asociados al paciente (como enfermedades previas, si el paciente era hipertenso conocido, etc.).

  • El objetivo del tratamiento de las urgencias hipertensivas es conseguir una disminución gradual de las cifras de presión arterial (al menos un 20% de las cifras basales) hasta conseguir unas cifras seguras. Por tanto, en las urgencias hipertensivas no se deberían utilizar fármacos de acción rápida.

  • Existe un gran número de fármacos hipotensores disponibles que se pueden administrar por vía intravenosa, vía sublingual o vía oral. Siempre bajo control y vigilancia médica.

  • En las emergencias hipertensivas, la vía de elección de administración de los fármacos es la endovenosa. El objetivo es disminuir de forma inmediata las cifras de presión arterial, aunque no se obtengan cifras normales (20-25% de la PAd).

  • Estos pacientes necesitan ingreso hospitalario y monitorización de frecuencia cardiaca, diuresis, oxígeno y presión arterial.

En todos los casos, se debe tener en cuenta que se han de valorar y tratar posibles factores desencadenantes. Es importante recalcar que las crisis hipertensivas requieren de atención médica urgente y también conviene recordar las causas y los síntomas para poder evitar complicaciones más graves. Por tanto, si crees que puedes estar sufriendo esta afección médica, busca ayuda de inmediato.

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Preguntas frecuentes sobre crisis hipertensivas

Respondemos a las preguntas más recurrentes sobre crisis hipertensivas

¿Qué se hace en una crisis hipertensiva?

En el caso de las emergencias hipertensivas, lo primero que se trata de solucionar es descender de forma rápida la presión arterial hasta niveles que se consideran seguros.

¿Cómo evitar una crisis hipertensiva?

Algunas de las medidas para prevenir crisis hipertensivas son las siguientes:
- Realiza controles de la tensión arterial en casa.
- Ten un control de otros problemas médicos.
- Controla los medicamentos que sueles tomar de forma habitual.
- Intenta evitar o limitar el consumo de sal.
- Sigue una dieta saludable.
- Realiza ejercicio físico.

¿Cuándo tienes ansiedad se te sube la presión?

Sí, y se debe a una serie de hormonas que se liberan que producen que lata más deprisa el corazón, y por tanto, los vasos sanguíneos se estrechen.

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