Madurez emocional

17 Ene 2020

Los años no siempre reflejan nuestra madurez personal. Hay jóvenes muy maduros y mayores muy inmaduros. Es cierto que la madurez es una variable que está relacionada pero no determinada por la edad. Entonces, ¿cómo maduramos las personas?

¿Qué es la madurez emocional?

En palabras de Paul Watzlawick, uno de los psicólogos más importantes del siglo XX, “la capacidad de vivir con verdades relativas, con preguntas para las que no hay respuesta, con la sabiduría de no saber nada y con las paradójicas incertidumbres de la existencia, todo esto puede ser la esencia de la madurez humana y de la consiguiente tolerancia frente a los demás”.

Madurar emocionalmente significa evolucionar y poder ser autónomo a nivel personal. Eso no significa alejarse del mundo ni ir de por libre, al contrario. Tiene que ver con saber autorregularse a uno mismo y adaptarse en el entorno de manera saludable.

Algunos signos de madurez emocional serían:

  • Saber enfrentarse a las dificultades y frustraciones. Ocuparse de uno mismo.
  • Dejar de vivir en el pasado y poder mirar al presente y al futuro.
  • Tratarse con respeto a uno mismo, dejar de autocastigarse por posibles faltas cometidas.
  • Ser empático y respetuoso con los demás. Practicar la generosidad y la humildad.
  • Atreverse a ser libre, incluso con los riesgos o inconvenientes que puede suponer.
  • Mantener la autodisciplina y la constancia.
  • Abandonar la queja.
  • Dejar de someterse al juicio ajeno y valorar por uno mismo las cuestiones importantes, siendo consecuente.
  • Aprender de los errores (propios y ajenos).
  • Dejar atrás la impulsividad y potenciar la reflexión.
  • Buscar la congruencia entre emociones, pensamientos y acciones.
  • Responsabilidad frente a culpabilidad.
  • Huir del victimismo y el egocentrismo. Tomar el control de la propia vida, siendo proactivo.
  • Aceptar las propias limitaciones, alejándose del perfeccionismo y la crítica gratuita.
  • Librarse de las dependencias.
  • Practicar la flexibilidad, la capacidad de adaptación.

¿Cómo se madura?

Entendemos el sufrimiento psicológico como el resultado de conflictos internos no resueltos. Esto hace que nos quedemos estancados en un punto, impidiendo el crecimiento personal. Para empezar a desatascar hay que cuestionarse algunas preguntas fundamentales y asumir la responsabilidad de las respuestas.

A veces, a lo largo de la vida ocurren algunos acontecimientos cruciales, normalmente negativos, que nos hacen replantearnos toda nuestra existencia y a partir de los cuales las personas maduramos. Sin embargo, no sólo evolucionamos a base de golpes. También es posible madurar sin experiencias límite. Para ello, es básico centrarse en cuatro pilares fundamentales:

  • Autocuidado: atender a las necesidades básicas.
  • Autodeterminación: analizar nuestros deseos, tomar decisiones y llevarlas adelante.
  • Autoestima: trabajar el amor a uno mismo cultivando también la vida en sociedad.
  • Autorregulación: aceptar los límites y las normas para poder nutrirse y equilibrarse uno mismo. La libertad no es hacer lo que a uno le apetece en cada momento sino hacer que las decisiones sean un acto de sabiduría y progresión hacia adelante. Otras personas también están implicadas en los efectos de estas decisiones.

Por tanto, la madurez personal es un proceso que implica ir deshaciendo conflictos. Gracias a ello, vamos incorporando nuevas herramientas para gestionar situaciones complejas. Es importante señalar que las personas con alta inteligencia emocional y madurez son más felices y consiguen mayores éxitos vitales.

Llévalo a la práctica para trabajar la madurez

Algunas recomendaciones para empezar a llevarlo a la práctica serían:

  1. Crea un plan de acción. ¿Cuáles son tus tendencias personales que te crean problemas habitualmente? ¿Qué te gustaría corregir? Si siempre sigues haciendo lo mismo, siempre llegará sal mismo sitio, por tanto: establece objetivos concretos.
  2. Busca un modelo. Las personas cambiamos porque tenemos un referente, un ejemplo conocido de lo que queremos cambiar, que para nosotros tenga sentido y así incorporarlo a nuestras vidas. ¿Piensas en alguien concreto? ¿Cómo es efectiva la gente efectiva?
  3. La madurez personal no es como la meta de una carrera, que una vez llegas, lo has conseguido. Es un proceso, siempre en permanente evolución. Es un aprendizaje constante. A medida que vayas haciendo avances, tu autoestima aumenta ya que mejora tu sensación de autoeficacia, y por tanto se reducen los miedos e inseguridades. Es un entrenamiento, y como tal, la práctica es fundamental.
  4. La madurez personal no siempre es fácil de conseguir por uno mismo. Si te sientes atrapado en los mismos circuitos de siempre y no consigues salir, sería interesante que te plantearas consultar con un psicoterapeuta.
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Cristina Agud
Autor/a: Cristina Agud
  • Psicoterapeuta en Teladoc Health (2018 – actualidad)

  • Psicoterapeuta Advance Medical, Inc. 2007 – may. 2018

  • Psicóloga en Creu Roja a Catalunya 2010

Psicóloga sanitaria especializada en salud mental y en terapia cognitiva.